martes, 22 de noviembre de 2011

Día 1 - Parte III

Día 1 - Parte III

El viaje hasta Cauce Boscoso resultó tranquilo, la región de Skyrim es realmente hermosa y me siento en perfecta sincronía con la salvaje naturaleza que me rodea. Imponentes cascadas y frondosos bosques me rodean mientras camino durante algunas horas siguiendo el sendero que me indicó Hadvar. En la lejanía puedo divisar unas antiguas ruinas sobre una montaña y me pregunto qué secretos esconderán en su interior, quizá en el futuro viaje hasta allí para explorarlas un poco.


Vista aérea de Cauce Boscoso
Tras varias horas de viaje, y ya pasado el medio día, avisto en la lejanía la ciudad de Cauce Boscoso. Más que ciudad es un pequeño asentamiento con un aserradero, un herrero y varias cabañas dispuestas a los lados del camino que continúa hacia el norte. Un río fluye al oeste del pueblo y le provee de salmones, que por lo visto en esta época remontan el cauce y no son pocos los habitantes que se encuentran pescándolos. Sin demasiada dilación me acerco a la herrería en busca del tío de Hadvar, por si pudiera darme alguna indicación para Carrera Blanca, aunque permaneceré un par de días en este pueblo descansando del viaje a través de las montañas y Helgen.

Llegando a Cauce Boscoso
No me resultó dificil encontrar al herrero ya que su taller se encontraba en la entrada del camino por el que llegué, de forma que me acerqué sin titubeos. Su reacción fue algo esquiva, aunque cuando mencioné a su primo le cambió el gesto y todo fueron atenciones para conmigo, incluso me ofreció a enseñarme a manejar su forja... ¿pero qué se ha creído? ¡¡Yo usando una forja!! 

No lo convertí en un montón de cenizas por respeto a su primo y finalmente me tragué la bilis y decliné con firmeza (aunque algunos humanos a esa firmeza la habrían llamado "rudeza"). Me habló, durante largo rato, de la legión imperial, de lo buenos que eran los imperiales para Skyrim y de cómo mi vida podría cambiar si me alistara. Yo le hablé, cuando me preguntó, sobre lo ocurrido en Helgen y el humano se estremeció de miedo y luego me dijo que el Jarl Balgruuf el Grande (habría que estudiar por qué le llaman el Grande) era el señor de Carrera Blanca y me pidió que si pasaba por allí, le dijera al Jarl que enviara tropas para proteger el pueblo de Cauce Boscoso. Sonreí, no se pensaría que iría hasta Carrera Blanca como mensajero, ¿pero qué se había creído este humano insolente? No hizo falta mucho para convencerle de lo peligroso que sería el viaje y que tendría unos gastos...

Definitivamente no había dado con el humano más listo, más bien todo lo contrario (no como su hija, que le acompañaba y era de mirada avispada y lenguaraz), le dije que lo pensaría y pasé a otra cosa que me interesase más como por ejemplo un lugar donde vender algunos objetos. 

Alvor, el herrero
Me habló de Lucan Valerius, el comerciante local que, precisamente, tenía su local en frente a la forja. Así que, tras despedirme rapida y cordialmente de Alvor (que así se llama el herrero) me encaminé hacia la tienda de Lucas, pero antes de irme le pregunté al herrero por el camino a Carrera Blanca que amablemente me indicó. Por lo visto estaba a una jornada de viaje hacia el norte, siguiendo la vereda del río y pronto la localizaría.

La tienda de Lucan es más bien modesta, aunque para lo que la necesitaba resultaba más que suficiente. Al entrar temo haber interrumpido una conversación entre ambos hermanos (su hermana imagino que para los cánones de belleza humanos no estaría mal). Lucas me atiende con diligencia y profesionalidad, ofreciendome buenos precios por las cuatro baratijas que conseguí sacar de las mazmorras de Helgen y, cuando ya me dispongo a marchar con unos cuantos septims en el bolsillo (suficientes para una buena cena y alquilar una habitación en la posada local), me pregunta si estaría dispuesto a ganarme unas monedas.

Lucan Valerius
Por supuesto que estoy dispuesto a ganarme unas monedas, le contesté algo precipitadamente y todavía envalentonado por mi travesía y escape de Helgen. Me habló de una garra de oro que le habían robado unos bandidos y que tenía mucho valor sentimental (y económico, me imaginé). Me ofreció unos cuantos septims y un grimorio que contenía los secretos para un hechizo llamado "Chispas" por recuperarla. Todavía no sé muy bien porqué acepté, pero ahí me encontraba, como mercenario a sueldo de un comerciante local dispuesto a asaltar un campamento de bandidos en las montañas a cambio de un libro y un puñado de monedas.

1 comentario:

  1. Bueno, voy a empezar a utilizar los comentarios para ir haciendo.. comentarios de cómo va evolucionando la partida fuera de la narración.

    Lo primero que he de admitir es que he cogido dos imágenes de la Wiki de Elder Scrolls, la aérea del pueblo de Cauce Boscoso y la de Lucan Valerius (que no cogí ninguna durante la partida).

    Estoy "remodelando" un poco el orden de las cosas para adecuarlas a la historia, espero que os esté gustando.

    La idea es que haya una actualización cada dos días, así que la próxima el día 24.

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