viernes, 13 de septiembre de 2013

El Nuevo Rey -Capítulo II.- El Bosque Negro

[Aún recuerdo el rostro de mi tío al contemplar la nota escrita con sangre, recuerdo sus ojos buscando cualquier pista en el papiro, pero no había nada, quien quiera que estuviese espiando la reunión había huido]

Regresamos al interior de la cantina, Ilic dio un aviso al camarero, que inmediatamente se dirigió al piso de arriba y bajó con un cofre enorme, que colocó encima de la mesa. El cofre tenía dos llaves que debían girar al mismo tiempo, y al abrirse, una punta afilada salía despedida dirección al rostro, según decía mi tío, era una medida de seguridad.

-¿Que hay en ese cofre?. Pregunté a Ilic mientras rebuscaba en su interior. -Un mapa y una lista chico, ahora te explicaré si consigo... ¡MIERDA!. Ilic gritó a tiempo que sacaba la mano del cofre. -¡Bilic eres idiota!, volviste a dejar la daga fuera de la funda, me he cortado... Bilic reía y junto a él mi tío. -Vamos, no creo que sea para tanto, coge el mapa y la lista y cierra el cofre, y la daga, coge la daga también.  Ilic cogió las cosas y cerró el cofre. 

El mapa reflejaba una serie de destinos en Skyrim, por lo que parecía, un bosque cercano a Morthal, una vivienda en la Madriguera de Markath, el sótano de la posada de Soledad y Jorrvaskr en Carrera Blanca.
Mi tío observaba el mapa detenidamente, y al final, levantó la mirada. -Iremos primero al Bosque Negro, lo he decidido, tenemos que encontrar a Am-Ra, la primera de la lista. Valdemar, vendrás con nosotros, ya te explicaré de camino. Mi tío empezó a preparar el equipaje, pero yo no podía esperar mas. -¡NO!, ¡estoy harto de que me ocultes cosas, quiero explicaciones aquí y ahora!. Mi tío se giró de golpe, se acercó a mi y me propinó un tortazo que me hizo trastabillar y caer al suelo.
-¡Muy bien!, ¿quieres explicaciones?, verás, tu padre está intentando mantener el orden y el control sobre todo Skyrim, los Viajantes del Tiempo trabajan para un miembro del consejo que decidirá quien será el Rey Supremo, nosotros tenemos que encontrar a todas las personas de la lista que nos ha dado tu padre para organizar un ataque directo contra la embajada de los Thalmor, ahora conocido como Risco de Aguamuerta, donde los elfos han levantado un bastión tan grande como la Cuenca del Dragón y es prácticamente impenetrable, ¿te ha quedado claro?, pues entonces en marcha. Mi tío me ayudó a levantarme me sacudió el polvo de la espalda y me dio un fardo, dentro había un atuendo, me dijo que me lo pusiera y obedecí, parecía antiguo pero la tela era realmente cómoda, sobre ella, una malla y sobre esta una armadura de acero negro.

[El Bosque Negro, un lugar inhóspito y peligroso, un lugar al que ni por todo el oro de Tamriel volvería, y desde luego que no e vuelto. El viaje hasta el bosque transcurrió con total normalidad, eso sí, nos topamos con varios controles en los caminos, decenas de guardias guardaban puentes y caminos buscando los enemigos del nuevo gobierno, es decir, del Consejo.]

El bosque estaba envuelto en la niebla, una niebla profunda y fría. Avanzamos lentamente abriéndonos paso a través de matorrales, espinos y hondonadas, el bosque estaba en silencio. Oíamos susurrar entre los árboles, oíamos pasos a nuestras espaldas, sentíamos como si cientos de miradas estuvieran clavadas en nosotros, desde luego no era el mejor lugar del mundo para estar. Tras caminar un par de horas llegamos a un puente maltrecho y quebradizo que saltaba un riachuelo, mi tío se detuvo justo antes de poner un pie en el puente, una flecha se fue a clavar temblando justo delante de sus pies.
El silencio se hizo aún mas inquietante, se oyó otro siseo, y una nueva flecha fue a clavarse aún mas cerca que la anterior. Una mas se clavó entre las piernas de mi tío que tuvo que ceder terreno, sin duda sólo era un aviso no tenían intención de hacernos daño.

-La vieja Am-Ra sabe que estamos aquí, nos avisa de que no sigamos avanzando, sus espías están por todo el bosque, incluso los pájaros la obedecen. Aún así debemos continuar, cruzaremos el puente tan rápido como nos sea posible, id con cuidado pero con paso ligero... ¡Corred!. Al grito de mi tío le siguieron los siseos de las flechas que se acercaban cada vez mas. Corrimos tan rápido que pensé que iba a tropezar y caer abatido por las flechas. Y tras una carrera que se antojaba interminable hasta llegar a una vieja cabaña medio derruida. Y las flechas cesaron...

-Hemos llegado..., tomemos aliento, ahora no nos atacarán. Descansamos unos minutos antes de adentrarnos en la cabaña, estaba vacía, pero una profunda cueva se abría paso por un agujero en la pared de la choza. -Es por aquí, nos estará esperando y no se como reaccionará al vernos, ya os digo que no será amistosa, Am-Ra siempre ha sido muy severa con quien osa poner sus pies en sus dominios. Cuanto mas nos adentrábamos en la cueva, la vegetación se hacía mas frondosa y empezábamos a ver algunos de los habitantes protegidos de Am-Ra, decenas de argonianos hacían la vida cotidiana en lo mas profundo de aquella hermosa cueva, donde los tenues rayos del sol se fundían con las plantas dando a cada estancia de la cueva una colorida y agradable sensación de bienestar.

El aroma y el aire que se respiraba era relajante, el sonido de un laúd excelentemente tocado acompañaba nuestros pasos. Y al final llegamos a la sala principal, una enorme cavidad adornada con tapices, alfombras, una gran cascada que caía justo detrás de un enorme diván en el que la vieja Am-Ra reposaba aguardando nuestra llegada.

-Creía que mis flechas os harían retroceder, tan testarudo como siempre Argos, veo que estos dos idiotas aún te siguen como perrillos a pesar de los años..., y este debe ser tu sobrino ¿no?. La vieja argoniana dedicó su mirada a explorarme de los pies a la cabeza. -Lamento lo ocurrido durante la boda chico, sin duda tienes los ojos de tu padre, ¿sabes que conocí a tu padre hace mucho tiempo?, él, al igual que tu, vino a mi en busca de ayuda y consejo, pero tu no buscas nada de eso ¿no es cierto?, quieres venganza, quieres que la vieja Am-Ra te sirva en bandeja la cabeza de aquel que mató a Brynja... La vieja argoniana sabía exactamente lo que pasaba por mi cabeza en aquel momento, y sin dejarme hablar asintió. -El hombre que buscas, si crees que es un hombre estás muy equivocado, es un cambiante, nunca sabrás quien es, ni como se llama hasta que estés preparado para enfrentarte a el, podría estar aquí ahora mismo y nadie lo sabría, por eso debes aprender el mismo poder, yo puedo enseñarte. También debes aprender a no confiar nunca en nadie, ni siquiera en los mas cercanos a ti. Am-Ra paseó la mirada por Ilic, Bilic y mas detenidamente por mi tío.

Los sirvientes nos invitaron a acomodarnos, nos dieron alojo, nos dieron comida y bebida, lavaron nuestras ropas y afilaron nuestras armas, creí que perdería la noción del tiempo de no ser porque, desde nuestra habitación, escuchamos una fuerte disputa en la sala principal. Mi tío y la vieja Am-Ra discutían sobre la situación actual.

-¡Piénsalo bien!, si no hacemos nada, los Viajantes pronto tendrán el control absoluto de Skyrim, y por los dioses de todo Tamriel. Vamos Am-Ra, después de tantos años de exilio no es posible que sigas tan testaruda como siempre. Sólo te pido que nos acompañes a Aguamuerta, la compañía no estará completa y la misión no será posible sin tu ayuda. Mi tío imploraba sin éxito la ayuda de la vieja argoniana, que no tenía intención alguna de dar su brazo a torcer. -No insistas Argos, hace ya largo tiempo que Los Hermanos del Exilio rompieron sus lazos, todos salvo tu y yo están muertos, no me hagas creer lo contrario, ¿o acaso piensas que no se lo que pasa fuera de mi bosque?, se que tu mataste a mi hermano. La argoniana se levantó de su diván y adaptó una postura desafiante.

-Gissa-Ra fue un traidor, deshonró a la hermandad que habíamos formado, nos vendió a los Viajantes y asesinó a uno de los nuestros. No te escudes en eso para negarte a acompañarnos. Fue entonces cuando los dos se percataron de que los estaba escuchando, mi tío se quedó en silencio, mientras Am-Ra me sonreía, después me invitó a pasar y unirme a la conversación.

-Dime joven Valdemar, qué opinas tu de todo esto, sin duda tu tío te habrá puesto al corriente de nuestro pasado, ¿no?. Negué con la cabeza a lo que Am-Ra se volvió a mi tío con furia. -¿No se lo has contado?, en fin, tendré que hablar yo. Nosotros, mas bien, tu tío, mi hermano Gissa-Ra, Vadlok, Gunfar, J'zargo, quien nos acompañó un tiempo antes de abandonar y unirse al colegio de Hibernalia, Muk el Troncharobles, los dos idiotas de Ilic y Bilic y Yliana Cara de cerdo. Por alguna razón, recordaba cada uno de esos nombres, pero no sabía de que.

La vieja contuvo las lágrimas al recordar los nombres. -Aún recuerdo nuestras andanzas por toda Tamriel, fue Gunfar el primero en morir,  fue durante el asalto a Fuerte Niebla, ahora desaparecido, era una trampa, todos lo sabíamos, Fuerte Niebla no se llamaba así por nada, y sin duda Gunfar lo pagó caro. Después fue Muk Troncharobles, tan fuerte como un toro y casi tan alto como un gigante, cayó por un barranco mientras se tambaleaba borracho como una cuba. Se hizo una pausa, Am-Ra se quedó en silencio, fue mi tío quien continuó.

-Y por último Vadlok, ¿que ocurrió Am-Ra?, ¿quieres recordarlo?, lo haré yo, Gissa-Ra nos vendió a los Thalmor y mientras dormíamos en nuestro campamento nos atacaron, enseguida supimos que había sido el y le apresamos, pero consiguió escapar matando a Vadlok en el camino. Y esa es nuestra triste historia querido sobrino, la historia de como caímos en desgracia. Am-Ra aún no estaba conforme, sin duda la historia la había traído recuerdos dolorosos, pero aún con todo, parecía que se uniría a la expedición, tenía muchas vidas que vengar, muchos pensamientos que olvidar y un objetivo que lograr, acabar con los Thalmor y los Viajantes del Tiempo...

Hasta aquí la segunda entrega. Siento la tardanza pero e estado de vacaciones hasta el día de hoy. Espero que os esté gustando leerla, tanto como a mí escribirla.

Salve Compañeros.