martes, 8 de mayo de 2012

18 - Segundo día de clase



SEGUNDO DÍA DE CLASE

He pasado esta segunda noche en la academia mucho mejor que la anterior. Seguramente sea por el agotamiento que venía arrastrando del día anterior que sumado a lo intenso del día con las clases, la gente nueva y el paseo por el colgeio. Sea por lo que sea me despierto bien descansado y a tiempo para acudir a mi clase con el Maestro, previo desayuno claro.


Esta vez comparto desayuno con Brelyna Maryon, la elfa oscura que me encontré el día anterior en clase (aunque no intercambiamos demasiada conversación, la verdad sea dicha). La elfa me comenta que su raza es habitual que sean magos, principalmente de la escuela de destrucción, con lo que pasamos el tiempo charlando de los hechizos que conocemos, cómo llegamos al colegio y, en definitiva, mejorando la relación entre ambos.
Ella ha llegado desde Morrowind, desde el Este, al ver morir a sus padres en un "accidente" del que no quiere hablar mucho más y tampoco la presiono demasiado. Casi sin darnos cuenta llega la hora de encaminarse hacia el salón donde nos impartirá clases Tolfdir. Apuro el último trozo de pastel con premura y salimos del Salón de la Conquista.

Un suculento desayuno para empezar el día.
Hoy Tolfdir nos reune de nuevo a su alrededor y continúa con las lecciones de los hechizos defensivos, nos enseña a canalizar nuestra energía para formar un muro delante nuestro que sirve para desviar y absorver los ataques de magos rivales (no los físicos con armas). Tras un buen rato practicando cada uno por nuestro lado, Tolfdir me llama y me dice que me ponga sobre un sello en el suelo. Yo miro a mis compañeros que observan con atención al tiempo que mi maestro me apremia con lo que no tengo otra opción, así que me coloco en el sello que me indica.

Tras otra breve lección acerca de los hechizos defensivos, me dice que es hora de probarlo de verdad. He de conjurar la custodia inferior antes de que él me lance unos proyectiles de fuego. ¿Cómo? ¿Este loco me va a lanzar unos proyectiles de fuego sin más? No me cabe la menor duda de ello cuando en sus ambas manos surge una llama... ¡¡Por todos los daedra!! El tiempo se ralentiza a mi alrededor y alzo las manos tal y como me había enseñado horas antes, concentrándome en formar un muro ante mí. Me había salido correctamente antes, pero ahora la cosa cambiaba, ahora tengo un mago veterano lanzándome un proyectil de fuego, que en ese instante sale de su palma derecha mientras que en la izquierda empieza a formarse otro... Me concentro, el tiempo sigue pasando lentamente y se me hace una eternidad... Ante mí se forma una semitransparente pared azulada en la que el proyectil impacta.

El impacto hace que de un paso atrás, pero me mantengo firme a pesar de notar cómo la energía de la magia de mi profesor recorre todo mi cuerpo desvaneciéndose. Mi concentración ha sido insuficiente, está claro, así que focalizo mejor mi "magicka" para que se convierta en un muro impenetrable y noto cómo su espesor y su color azulado se intensifican. El segundo proyectil impacta pero ni mucho menos tiene el efecto que el anterior y mi sólida Custodia Inferior es capaz de absorver perfectamente el ataque y el fuego se disipa en un abrir y cerrar de ojos.

Tolfdir sonríe, yo resoplo y mis compañeros miran asombrados. Tolfdir continúa la clase como si no hubiera pasado nada, a pesar de que a mí casi me cuesta dar los primeros pasos tras el enorme esfuerzo de repeler sus proyectiles. El resto de la clase continúa con normalidad, terminando las lecciones sobre los hechizos defensivos y con la promesa de aprender un hechizo llamado "Piel pétrea" (Stoneflesh en inglés) que mejoraría nuestra defensa en caso de ataque físico... ¡¡realmente util!!

Empiezo a concentrarme para conjurar Custodia Inferior

Momentos antes de recibir el proyectil de fuego de Tolfdir.
Por la tarde, tras un rápido almuerzo de patatas rellenas asadas, algo de vino especiado y pastel de manzana, me dedico a continuar explorando el colegio aprovechando el segundo día despejado que tenemos seguido (según me han dicho es algo excepcional). Aprovecho para visitar el resto de las instalaciones del Salón de la Conquista, husmear un poco en las estanterías y conversar con alguno del resto de los alumnos que hay allí, incluso me cruzo con un investigador llamado Enthir, un Alto Elfo que vive en la parte superior del Salón de la Conquista y, a cambio, ofrece sus servicios y objetos a los alumnos y resto de profesores del colegio. 

Tras una breve conversación con Enthir, me dirijo hacia un salón que he localizado en uno de los paseos para estudiar el resto de la tarde las enseñanzas del maestro. La tarde transcurre con rapidez y cuando me quiero dar cuenta ya es la hora de la cena (algo que deduzco por el olfato) y me encamino hacia el comedor, pero de nuevo llego tarde y he de cenar solo. Son bastante escurridizos los alumnos y habitantes del colegio, me temo que están más preocupados por sus intereses personales que por entablar cualquier tipo de relación con otras personas... como yo. Luego de cenar algo de pescado a la brasa y fruta del tiempo, me encamino hacia mi dormitorio donde leo un rato acerca de los daedra y, tras colocar con delicadeza mi nueva túnica, me acuesto recordando los intensos momentos vividos hoy.

Enthir
Èl escudo del colegio

Uno de los salones donde reina la quietud

El comedor, de nuevo sin gente pero ¡¡a rebosar de comida!!
Bueno, seguimos alargando un poco la estancia en el colegio. En la próxima actualización lo que haré será pasar "varios días" para no alargarlo demasiado y que resulte tedioso, y pasemos a las aventuras, que es de lo que se trata ¿no?

3 comentarios:

  1. Me está gustando mucho, sigue así. En especial me gusta cómo narras el conjuro de un hechizo.

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  2. ¡¡Gracias Handon!!

    Entonces seguiré narrando los hechizos así, al menos la primera vez que los conjure :)

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  3. Por supuesto, la primera vez que lanzas un hechizo debe ser especial, narrarlos así cada vez que los lances sería excesivo ;)

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