viernes, 31 de octubre de 2014

Capítulo 2. Miembro de la Guardia

CAPITULO 2. MIEMBRO DE LA GUARDIA

Por la mañana me levanto bien temprano en la posada "El Gigante Dormido", y tras un rápido desayuno de algo de pan con leche de cabra que Ognar amablemente me sirve en una de las mesas, me despido y marcho hacia Carrera Blanca. Según me comentan antes de partir, se encuentra a pocas horas de marcha hacia el norte, atravesando el puente del río y tras un recodo la veré a lo lejos, no tiene perdida.

Así que, sin más, emprendo mi camino con algo de comida y las pocas pertenencias que me he traído desde Helgen; una maza de hierro, un par de baratijas para cambiar por oro en la ciudad, un par de cervezas y unas raciones de viaje. No es mucho, pero espero poder alistarme pronto en la guardia de la ciudad y ya me proveerán ellos de comida y alojamiento.. y con suerte una paga.

Posada el Gigante Dormido

Una vieja Maza de hierro es mi única defensa

En marcha hacia Carrera Blanca

El camino desde Riverwood hasta Carrera Blanca es muy tranquilo. En todo momento voy acompañado por bastante gente que aprovecha la fresca y soleada mañana para acercarse a la ciudad, capital de la región homónima.

Aprovecho el viaje para relajarme e ir pensando en cómo abordaré la situación cuando encuentre al Comandante Caius, aunque espero que sea sencillo y no ponga demasiados impedimentos. Durante el camino me encuentro con una patrulla imperial que escoltan a un preso, a todas luces nórdico y con seguridad uno de los rebeldes "Capas de la Tormenta". No me considero una persona cruel, pero estos delincuentes deben de servir como ejemplo para el resto.. espero que todo el peso de la ley caiga sobre él.

A pocas leguas me cruzo con un guardia y le pregunto por el Comandante Caius. Amablemente me responde que seguro que le encontraré en las barracas de la ciudad, nada más entrar a la izquierda. Por lo que me comenta, el Comandante es una persona afable y que rápidamente es capaz de vislumbrar el potencial de nuevos reclutas, también me comenta que últimamente la guardia no da abasto con los bandidos y saqueadores. ¡¡Una buena noticia que sin duda me allanará el camino para entrar!!

Saliendo de Riverwood

A lo lejos ya se ve Carrera Blanca

Un caballero bien armado se cruza en mi camino, ignorándome

El nórdico escoltado por la guardia imperial

Cada vez más cerca de Carrera Blanca, ya puedo escucar el tumulto

Pregunto a un guardia por el Comandante Caius

Entrando, tras una breve caminata, en los muros de la ciudad.

Consigo entrar en la ciudad sin problemas. Encontrar las barracas resultó bastante sencillo, no así encontrar al Comandante Caius que, por lo visto, había salido a patrullar y a reunirse con el Jarl. Me llama la atención el gentío y el sonido que hay en la ciudad, docenas de mercaderes, visitantes y ciudadanos se agolpan en las calles. Me llama especialmente la atención un militar de la Legión, parece un oficial, que está hablando con la herrera al respecto de unas espadas. 

Si bien Carrera Blanca siempre ha sido neutral, todo apunta a que es la Legión Imperial quién gobierna estos muros, algo que sin duda me agrada y me reconforta. Salgo de las barracas tras charlar con uno de los guardias y me dirijo hacia la Cuenca del Dragón, centro político de la ciudad y donde espero encontrarme al Comandante.

A la entrada un imperial negocia con la herrera.

No es dificil encontrar las Barracas.

El Comandante ha salido a ver al Jarl.

En mi camino a la Cuenca del Dragón, me cruzo con una pareja que está discutiendo acalarodamente acerca de un cubil de bandidos. Me acerco y tras intercambiar unas palabras con ellos, me indican que tras mucho tiempo y dinero invertido, saben donde se encuentran los ladrones de una antigua reliquia familiar. Les comento que haré lo posible por ayudarles y que estoy buscando al Comandante, cuando le encuentre le haré llegar esta denuncia. Muy agradecidos se despiden de mi y continúo hacia Cuenca del Dragón.

Atravieso la ciudad sin más novedades y asciendo la larga escalinata hasta Cuenca de Dragón. Desafortunadamente no puedo pasar de las puertas ya que el Jarl está reunido con su consejo, pero los guardias me confirman que el Comandante hace unos minutos ha marchado hacia las Barracas de nuevo. He debido cruzármelo o haber tomado otro camino.. sin duda es una ciudad enorme y llena de callejones y atajos.

Durante la vuelta un sacerdote de Talos, creía que estaban prohibidos, intenta arengar a la población con vanas promesas de futuro. Aunque no hay mucha gente que le apoye este tipo de elementos subversivos son los que hay que tener bajo control. No le quitaré el ojo de encima.

A pocos metros me encuentro con un tipo apoyado en una columna y me pregunta si ando buscando a alguien. Le comento que busco al Comandante y me responde que hace pocos minutos pasaba en dirección a las Barracas. Le agradezco la información, se presenta como Jon Batallador y tras una charla comentándome los lugares más interesantes, bajo la calle principal hacia las barracas, donde por fin me encuentro con el Comandante.

Amren discute con su mujer por la reliquia robada

Le prometo que haré lo que pueda cuando sea Guardia.

Subiendo las interminables escaleras a Cuenca Dragón

Desafortunadamente el Comandante salió hace un rato

La religión de Talos está prohibida, habrá que vigilarle bien

Jon Batallador, un gran tipo con el que converson un rato

Por fin, tras varias horas, encuentro al Comandante
Nada más verme el Comandante me reconoce y me dedica una sonrisa al tiempo que me estrecha la mano. Se deshace en elogios hacia mi padre y no tarda en aceptarme como miembro de la guardia: "Será un honor tenerte entre nosotros, chico", dice mientras se quita la capa de Carrera Blanca.
Aún es pronto, así que me indica que me acerque por las barracas a eso de las seis de la tarde, antes de que caiga la noche, y pregunte por Cleve. Él será quién me instruya y mi compañero durante mis primeros días.

El Comandante me asegura que la ciudad me proveerá de una armadura y yelmo, pero que el arma y resto de equipación es por cuenta del recluta. Son tiempos difíciles con la rebelión y la mayoría del dinero se destina a comprar grano para el invierno.

Cerramos el acuerdo de la paga y demás pormenores en poco tiempo y me aconseja que descanse un rato en alguna de las tabernas de la ciudad... esta noche será mi primer turno como Guardia de Carrera Blanca.

Vaya, parecía que iba a ser bastante más complicado de lo que ha sido, voy pensando mientras camino de nuevo por las calles de la ciudad aún sin saber muy bien qué hacer hasta que llegue la hora. Decido ir a comer un poco y vender las baratijas en la tienda de Balathor, que me recomendo Jon, así tendré algo de efectivo por si necesitase comprar algo de equipo. 

Conozco a Adrianne Aventino, la herrera

Me acerco a la Yegua Abanderada a comer

Un gran ambiente y gentío en la posada

Hulda, la dueña, me recomienda un pastel de Bayas

Una excelente recomendación que degusto con calma, regándolo con cerveza

También conozco a la camarera Saadia, una Guardia Roja

A la salida conozco al imperial, Idolaf Batallador (será el padre de Jon?)

Apuro los últimos minutos para vender algunso abalorios

Belethor es un entrañable y agradable comerciante

Llegamos a un acuerdo rápidamente y me da una buena cantidad de oro

El Cazador Ebrio... tendré que venir a visitarlo.
Poco antes de la hora que me habían marcado me presento de nuevo en las Barracas donde encuentro a Cleve dando las últimas instrucciones al resto de guardias. Al verme me sonríe y me saluda efusivamente... me temo que tienen demasiada buena impresión de mi padre y abuelo, ¿seré capaz de estar a la altura?

Tras un rato en el que me equipan con una armadura, un yelmo y la capa de la ciudad, me explica que estos primeros días estaré en el turno de noche. Muy tranquilo y sin demasiadas complicaciones, esta primera noche patrullaremos tranquilamente la ciudad mientras me cuenta los pormenores de la Guardia.

Me presento ante Cleve, mi compañero y superior en estos primeros días

Equipado y listo para la primera patrulla.
Tras un largo parón, del que os pido disculpas, volvemos a la carga con la partida de Halfdan. He tenido que empezarla de nuevo, afortunadamente no habíamos avanzado demasiado. Espero poder continuar con la historia más habitualmente, no un mensaje cada seis meses.

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